lunes, 31 de enero de 2011

Quién escribe el destino?


Primero que nada pido disculpas por la longitud, en un blog si escribís largo nadie te va a leer. Por esa razón Nadie, te agradezco por leer esto.

El destino parece ser algo que se encuentra previamente escrito, algo inmodificable. Si agarro una piedra y la tiro al lago, aplicando la fuerza necesaria, en el ángulo correcto, ésta (si los cálculos son correctos) caerá en el lago inexorablemente. De existir el destino, viviríamos la vida como esa piedra viajando sin plena consciencia hacia un lago que nos espera. Esta es la postura del determinismo. Está escrito y es inmodificable.

El determinismo tiene su versión en el psicoanálisis, se le llama determinismo psíquico. Para decirlo de forma corta y clara los elementos que aparecen en la consciencia no son azarosos, sino que están vinculados a un componente inconsciente que les corresponde. Es decir que si yo voy caminando a rendir un examen y al colectivo que me subo se le pincha una rueda, no es por accidente, en el inconsciente algo entra en conflicto con mi intención (consciente) de rendir ese examen y por ese elegí ese colectivo.

Si continuamos con estas ideas, es posible pensar que en el inconsciente se encuentra un mapa de todo lo que va a suceder (sino como explicar supiera que la rueda del colectivo se iba a pinchar). Es una especie de creencia en el destino. Yo la comparto a medias. Si bien creo que uno le puede encontrar un sentido aún al más bizarro de los accidentes, y que el inconsciente es mucho más sabio que la consciencia, también creo en el azar.

Supongamos que vos, si el que lee, vos! Salís con un/a chica/o y es parecido/a a tu ex, a su vez al ex anterior, y así hacia el infinito. Todo al punto de que tus amigos piensen que salís una y otra vez con la misma persona pero ligeramente diferente. Bueno, un psicoanalista podría decir “para no repetir hay comprender”. Es decir que para que encuentres una/un chica/o diferente vas a tener que comprender por qué elegís ese tipo de mujeres (u hombres) en primer lugar. Por decirlo así el cambio viene por “adentro”, y si cambia el “afuera” es que algo “adentro” ha cambiado (las comillas son porque en realidad quienes sostienen esta postura creen que la diferencia entre “adentro” y “afuera” es más teórica que práctica).

Creo que el cambio también puede venir de afuera. Y de un afuera que el inconsciente no estaba esperando. Diciéndolo en otras palabras, puede suceder algo que no estaba escrito. La realidad puede sorprendernos.
Si bien parte del futuro se puede predecir como por ejemplo si una piedra va a caer o no a un lago, hay algo que no es posible predecir. Y no es que sea imposible porque nos faltan herramientas sino porque sencillamente todavía no está escrito.

En otras palabras, si se tiene la salud suficiente como para mirar más allá lo que normalmente uno mira, puede que se encuentre una mujer (u hombre) que sea diferente a los anteriores. Claro que se me puede objetar que entonces el cambio sigue estando en uno. En parte es verdad, pero también es cierto que encontrar a alguien diferente (y no solamente alguien que sea lo opuesto del anterior); algo como un paisaje nunca visto… Encontrar algo así, no es fácil y no abunda. Y sí uno tiene la "fortuna" de encontrar algo así, quizás (sin tener conciencia) lo transforme en la misma historia de siempre. 

Un psicoanalista muy sabio una vez dijo: “ojala que mi nueva esposa no me deje que la convierta en alguien igual a mi ex mujer”.  Y por más que cueste aceptarlo si no vivimos aislados, entonces nos con-formamos en las relaciones con otros (es decir somos en relación a los otros). Y eso implica que los otros tambíen cambian cuando se relacionan con nosotros. De alguna manera entonces al conocer a alguien hacemos que actue el guion que llevamos dentro, vivimos la misma historia porque creamos una y otra vez la misma historia.

En síntesis: si bien no creo en el destino tampoco creo que todo dependa de uno.  Es complicado decir que algo está escrito, porque como decía Jung, “cuando una situación interna no es llevada a la consciencia aparece afuera como destino”. Los sistémicos le dicen a esto “profecía autocumplidora”.
Escribimos nuestra vida para luego olvidar las manchas de tinta que tenemos en las manos. Somos el escritor, pero un personaje puede cambiar nuestra historia. Como un cuadro puede pintarse diferente si al estar frente a un paisaje, en el momento de ocuparnos de las nubes, sale el sol.


1 comentario:

  1. Sí, coincido. Quiero coincidir. Si voy a estar jodido de por vida por lo que arrastro de los primeros cinco años, cagué. Mi apuesta es por el azar.

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